31 de diciembre de 2014

FELIZ AÑO 2015



No podía dejar pasar estas fechas navideñas sin editar una página bien encajada en el sentir leonés.  Para ello nada mejor que nuestro “ramo”, incardinado con personalidad en el devenir histórico popular de nuestra tierra.

Este año, apenas se habían iniciado las fiestas navideñas,  terminamos  de fabricar, vestir, un pequeño ramo leonés familiar,  de sobremesa diríamos,  nuestro ramo allende nuestra tierra.  Durante el año que está a punto de finalizar,   he ido elaborando  el armazón de madera en ratos de asueto, o tal vez mejor diría,  armando y puliendo los listones de madera que el “tendero” me había vendido.

Darlos forma no me resultó fácil, y mucho menos el emplazamiento para las velas, tengan en cuenta mis lectores  que apenas si soy un aficionado en estos menesteres, lo que sí tira es el  orgullo por lo leonés.

Tampoco sería justo que se me atribuyeran méritos que no tengo, me refiero al propio esfuerzo de vestirlo, donde la mano de mi esposa fue decisiva. Sin olvidar a mi nieta Elena que, como aditamento, habilidosamente, y buenas manos, realizó en cartón los dos ángeles cantores.

El anterior ramo, que fotografíe para mi página “Feliz Navidad 2013, “nació”,  nunca mejor dicho, para la Navidad del año 2006,  estando ya fuera de León capital. En mi libro “La Lenta Agonía de la Identidad Leonesa, hablé de él bajo el epígrafe “Esencias de la Navidad leonesa”, incluso mostré una foto en blanco y negro. No estaba bien logrado.  

Fue el primero, y no tardó en ocupar un espacio pactado para los quince últimos días de Diciembre y la primera semana del nuevo año, más o menos,  que denominé: “rincón leonés”. Lugar  que ahora está ocupado con éste que hoy presento. El óleo, que asoma en ella, es una vista recreada desde el antiguo Egido, o cerca de San Pedro de los Huertos, en ella se aprecian las torres de la Catedral.


 Si hay alguna curiosidad en ello se puede realizar la comparativa, tan sólo contemplando ambas fotografías.

http://leonalmaximo.blogspot.com.es/2013/12/feliz-dia-de-navidad-2013.html





                     Navidad 2014

Quiero con él, a modo de postal, desear a cuantos visitan estas páginas lo mejor para el año 2015, que tan próximos estamos a inaugurar.






21 de diciembre de 2014

Relato para la Navidad del 2014

"A través del cristal, la lluvia!" Así me permití titular la fotografía que podemos ver cobijada en el relato. Fue conseguida muy oportunamente por Merche Sánchez, y  publicada en Facebok; sinceramente me impactó, dándome pie para culminar un relato que quiero compartir desde mi blog. Como se suele decir en estos casos, los personajes son ficticios. No así lo lugares citados. El momento, la semana de Navidad del año...

La fotografía del ramo colocada al final del relato, la he tomado prestada del blog Raigañu



¡Nostalgia! por Navidad


Tenía claro que a pesar de la lluvia que azotaba con fuerza la ventana de la sala de su casa, debería salir a la calle.  El confuso recuerdo de un mal sueño estaba resultando un pésimo compañero de estancia.  Tal vez  la lluvia, mojando su piel,  ejerciera una acción beneficiosa, algo así como un revulsivo que le disipara la melancolía que le invadía. La figura de su padre, un generoso ferroviario, durante el sueño se había esforzado en decirle que en sus últimos años sujeto a una silla de ruedas, había sufrido  bastante más allá de lo tolerable.


Nunca sospecho que los afables rasgos que adornaban la cara paterna de forma casi permanente, y pulcramente rasurada, él había sabido colocarlos a modo de careta, hasta el punto de conseguir ocultar sufrimientos internos que durante años permanecieron latentes. Algo que ahora le causaba inquietud. Rescató de la memoria  una frase sentenciosa que un día de sobrecogido  ánimo pronunció su padre, instándole a olvidar: cuando la nostalgia entra por la ventana, es bueno salir por la puerta para encarar el día. 


No cesaba de llover, otro fuerte aguacero difuminaba su campo de visión a través del húmedo cristal, creando una imagen confusa de los  viandantes, aunque   algunos fueran ataviados con ropa de colores vivos. En tal caso, su más aparente figura,  resultaba estúpidamente retorcida por la pátina de agua  y los rehiletes que se deslizaba por el vidrio.  Así se hacía imposible identificar a las personas, aunque  en verdad el dato no iba más allá de ser una anécdota marginal, pues tampoco conocía a demasiados convecinos de su  entorno en el barrio del Mercado. No era pues esto lo que le preocupaba, sino  encontrar  la nitidez que  necesitaba para eliminar su confusión mental.

Sacó del armario un impermeable, tomó además un paraguas y se hizo a la calle; en aquel momento estaba solo en casa, su mujer con el niño, su hijo, había salido en busca de alguna figura para reponer en el nacimiento. No tuvo  pues que dar explicación alguna.  Su intención principal, y puede que en principio única, era ir a la casa donde había vivido con sus padres, en el Barrio de la Vega. Permanecía cerrada desde que su padre, reacio a abandonar el barrio de su vida, hubo de partir hacia el más allá.

El agua y la fresca brisa le fueron  aclarando las ideas. Era lo que esperaba. Y así decidió poner a punto la última silla de ruedas de su padre, una con motorcito que le había regalado tres años atrás el día de Reyes. La limpiaría con cuidado. El párroco de San Francisco de la Vega sabría encontrar un destinario. Una buena fecha sería la de Reyes que se avecinaba, marcando así una continuidad.

Habían transcurrido apenas dos meses del fallecimiento de su padre. En la casa los recuerdos se le agolpaban, era natural y como tal los acogía. Cuando ya tenía casi apunto la silla, en un bolso lateral que exploró de rutina, halló una sorpresa, era un folio plegado que, en su parte interior, estaba escrito a lapicero y con letra de su padre. No le sorprendió demasiado, sabía que entre las aficiones paternas,  estaba recoger en letra lo que su memoria empezaba a negarse a recordar puntualmente.

Con ella en la mano, en busca de más luz,  se acercó a la ventana desde la que el viejo e impedido ferroviario había podido seguir viendo durante años  los trenes que ya no podía dirigir.  Pero sí apreciar la peripecia cotidiana del paso a nivel, un entorpecedor viario y peatonal que todos anhelaban hacer desaparecer.

Pudo leer:

“La noche que no silbó el tren
Apenas me hube levantado de la cama, me acerqué a la ventana. Una rápida mirada a través del vidrio húmedo me volvió a la cruda realidad del dogal férreo, que permanecía donde siempre. Era un día triste y lluvioso, las gotas de agua que descendían lentamente por el cristal, me dificultaban la visión pero no me impedían ver vías y barreras…  En un extraño sueño creía había visto desaparecer railes y catenarias…”

Eso era todo. Poco y mucho, según la profundidad con la que se acogiera el contenido del párrafo. Ciertamente el intento de supresión del paso a nivel emprendido por el consistorio capitalino, allá por los noventa, había supuesto para su padre toda clase de barreras, obstáculos y barro que le impedían circular a bordo de su silla. El mal planteado túnel bajo las vías, sólo sirvió para enterrar  dinero e ilusiones, y largos meses un incordio  para todos, quedando al final como antes.

De nuevo estaba en la calle; no llovía cuando emprendió el regreso a su casa. Cierta fortaleza de ánimo parecía haberle invadido durante la estancia en el hoy abandonado domicilio de su niñez. Posiblemente el buen destino que se propuso dar a la silla, ayudaba mucho; y cómo no,  la hoja manuscrita por su padre, donde marcaba el inicio de un cuento a partir de un sueño. ¡Ah!, había algo más, en la mano portaba un “ramo” de Navidad, que de siempre habían colocado en casa de sus padres.

                            
Los adornos estaban ajados, pero no importaba, ánimo y capacidad para resolverlo tenían, de modo que esa misma tarde, con su único hijo  y su esposa saldrían para ir en busca de otros que dieran a la armazón de madera que elaboró su padre, la prestancia leonesa que la próxima Navidad empezaba a requerir… 


¡Feliz Navidad 2014!



9 de diciembre de 2014

Ayer puertos secos, hoy además corredores

Un Corredor para la discordia. León y el ente autonómico.


Fuente: ileon.com

Iniciada ya la primera década de los 2000, creo que de modo muy oportuno dejé dicho algo que la actualidad del Corredor del Atlántico  y sus derivadas,  otorgan vigencian premonitorias.  Decía así:

 PUERTO  SECO, BIOETANOL,   ¡O TÉMPORA...!

Los leoneses como colectivo, o como Pueblo no reconocido autonómicamente, tenemos lo que nos merecemos en esta Comunidad centralista y absorbente, merced a aquellos políticos a los que votamos.  Y ello es:  poco, orlado de nada, secundariamente y a regañadientes. Huelga seguir cargando la negritud del caso sobre los políticos foráneos que dirigen el ente,  aunque en ellos esté el origen del mal, los de aquí, “los nuestros”, tolerantes y sumisos, son quienes dan pie o propician tal cosa.  De ahí nuestro lamento con Cicerón: “¡o témpora, o mores!”, ante su tibieza y permisividad para con el ejecutivo autonómico.

No valen excusas, ni paños calientes, lo que han propuesto o mejor simplemente anunciado, como de pasada, para La Robla, El Bierzo, o Chozas, no son más que aparcamientos para camiones y alguna mercancía, como sucedáneos de un Puerto Seco. Pues, se contemple como se contemple tal cosa, individual o conjuntamente, apenas pueden alcanzar el grado de “reintegro”.  Triste, corto y lamentable “premio” el que nos tratan de vender desde el ente, coreado por  “los nuestros”, que está muy alejado aquel “pleno” derivado de una propuesta y negociación que nació en Gijón como opción única para León:  Un Puerto Seco.  Con Asturias siempre tuvimos los leoneses bastante más que afinidad, trueques migratorios, o intercambios socioeconómicos. Y eso también contaba hasta que...

La Junta Autonómica que tiene fijación y experiencia  para entrar en lo netamente leonés y malbaratar nuestros planes, se encargó de transferir la opción, “brillantemente”, hacia Venta de Baños.  Nuestros políticos, los que se dicen leoneses, con los triunfos iniciales que les habían otorgado quienes dirigen El Musel, permitiendo entrar en el juego y la partida al poder autonómico, se los dejaron arrebatar de las manos.  Esto es lamentablemente la realidad del tema.

Hemos dejado a Veguellina, y su cerrada Azucarera, para citarla en solitario y como se merece, no en balde es el  paradigma especial y sangrante de lo que venimos diciendo.  Siendo también ejemplo en eso de “premio que se va y pedrea que se anuncia”, como recordaremos.  Cuando en el año 97, ¡hace cinco años ya!, se estaba cerniendo sobre el sector remolachero y azucarero de su ámbito, la sombra del cierre de la fábrica molturadora,  se apuntaban males como la desaparición del cultivo de remolacha en la zona, con repercusión directa en los agricultores, vital e importante tema, amén de la pérdida de empleos, toda la plantilla de ella.  Se hicieron promesas políticas de reindustrialización para la compensación de tales males, ¡males que hoy todavía persisten!

En agosto del 2000 se confirmaban los rumores sobre un proyecto muy interesante, pensado y propuesto por Ebro y sus asociados, una planta de biocombustible,  en la Comunidad de Castilla y de León. Se empieza a reclamarla para León, para Veguellina concretamente, y  “nuestros políticos” dicen que no será una dádiva tal ubicación, sino un compromiso enlazado con el cierre de la factoría antedicha.  Mas, pronto bajaron la guardia, si es que en algún momento la tuvieron activa.  O, tal vez,  fueron reconvenidos por sus jefes, lo cierto es que la  fábrica de biotenanol toma otro rumbo, se va hacia Salamanca, en tanto especialmente los que nos gobiernan, los del PP,  se escudan  en lo de: “Es una empresa privada y su decisión puramente empresarial”; cierto, pero las subvenciones son públicas, en tanto el compromiso con Veguellina, empresarial y político, está vigente.

El sucedáneo, una vez más, está servido. Escamoteada la ubicación en León, se trata de calmar los ánimos,  y así lo edulcoran con la oferta, cuasi gratuita, de  “un área de puerto seco”, añadiendo, “y centro de transporte por carretera” para Veguellina, que nada tendrá que ver, tan solo en cuanto a equiparación de promesa, al del  Armunia, allá donde en su día se consumo la  estulticia de Biomédica. En Veguellina, además del posible aparcamiento de camiones y mercancías, cuando más, se habla, se habla... de una especie de laboratorio  para investigación del biocombustible a partir de subproductos agrícolas, más bien menos que más. Por cierto:  ¿Qué hay de la manifestación anunciada por UPL para pedir la planta de bioetanol en Veguellina?


León se quedará sin  un verdadero Puerto Seco, en tanto la Junta nos da a “beber la tila” de que León, sigue teniendo sus opciones, para que olvidemos la oficial apuesta por Venta de Baños. León ya no es lugar preferente para Asturias, se dice; en tanto se lanza algo más que un rumor: “Coruña interesada en situar en León un puerto seco”. Todo bien batido en la coctelera política autonómica, se quedará en nada. Lamentablemente, para la  Junta autonómica, León es anodinamente el noroeste de la Comunidad, y la Región leonesa el oeste de la misma. Sin tremendismo alguno diremos finalmente, que Valladolid, como centro poderoso,  más Burgos y Palencia  en triangular sintonía, conducen a León, “oveja dócil” sin pastor, léase políticos leoneses comprometidos, a la despersonalización leonesa, tanto social como económica.


29 de noviembre de 2014

Pablo Fernández, PODEMOS, se posiciona

He leído en ileón:

Pablo Fernández: “Castilla y León puede ser una de las banderas del cambio"

S. Gallo / Ical | 29/11/2014

El leonés Pablo Fernández es uno de los miembros del Consejo Ciudadano de Podemos que intentará "cambiar" la Comunidad.


Unos apuntes a la entrevista, donde se retrata. 

Desde mi posición leonesista, después de leer la entrevista de Pablo Fernández, lo  deducido, por falta de especificación, no puede ser otra cosa que decepción por cuanto, en plan demagógico,  repite lo que PODEMOS tiene como posicionamiento y postulados ante la coyuntura nacional española.

Todo ese mensaje lo traslada a la Comunidad, de modo y manera que entendemos la acepta tal como está y sin ningún compromiso específico hacia León y lo leonés. 

"En esta Comunidad, dice Pablo,  la gente tiene ganas de una nueva forma de hacer política y de un cambio que representa Podemos."

Pero qué gentes, ¿las de la parte castellana, o centralista vallisoletana?

Quiere ignorar a la Región leonesa. Su papel parece  ir por ahí.  Da por buena a la Comunidad tal como está; se consiguen los votos necesarios, usando el tirón nacional de PODEMOS, sin importarle pasar por alto la especificidad de la región leonesa, y asunto concluido. Un triunfo. ¿Para qué escuchar a los leoneses,  si alcanzando escaños en las Cortes autonómicas ya ha dado sus pasos políticos?

Acaso su líder, cuando dice que España es un país de países,  ¿tiene en cuenta al País Leonés? ¿O tal distinción, sólo la merecen quienes tienen fuerza política y sentimiento reconocido y hasta sobrevalorado, como Cataluña, por ejemplo?

En su expresión: “Vamos a reconquistar el país para los ciudadanos, y vamos a reconquistar Castilla y León para los castellanos y leoneses.  Queda marcada su trayectoria autonómica.

Está tan obsesionado que no sabe ver el posicionamiento incomodo de los leoneses en el ente autonómico. Con un mínimo de visión hacia el sentimiento de “ser leonés”, cosa que al parecer desconoce, o no tuviera temor a la parte centralista castellana, diciendo simplemente “para los castellanos y para los leoneses”, hubiera abierto  una puerta a la esperanza,  hacia la diferenciación de los dos pueblos.  

No es que sea fiel a todo lo que se diga en el CC nacional en el que está, simplemente lo suyo es un desconocimiento histórico de lo leonés, una falta de sensibilidad hacia sus paisanos, que se lo ha de hacer mirar. Está pasando a ser uno más en poner otra bota aprisionadora sobre la identidad regional leonesa.

Pablo Fernández no se identifica como leonés. 
Entra en el conciliábulo de lo castellano y leonés que otros sin respeto democrático, ni constitucional nos impusieron a los leoneses… 

25 de noviembre de 2014

Algo más que el Himno a León

Vibrante himno a León versionado por Carlos Núñez










ileon.com | 25/11/2014

CON VÍDEO. Distinto, pero de raza leonesa. Así fue la sorpresa con la que el gaitero gallego versionó el himno a León como colofón a la presentación de Abanca en León. Una dulce sorpresa que emocionó a los asistentes que acudieron al Parador de San Marcos, donde Abanca reafirmó su identidad galaico-leonesa.



Voy a mostrar mi parecer, no por la noticia que agradezco a ileón, sino por lo que viendo el vídeo pude observar no sin pena...

Como leonés agradezco a ABANCA su compromiso con el ADEMAR.  Vaya por delante.

Carlos Nuñez artista gallego, gaitero prestigiado, quiso poner una nota de emoción especial con dos melodías tal como dice, ¡Conocidas! Añade.

Por si estoy equivocado,  agradecería que se viera el video que nos propone ileón.

Pregunto ¿Emocionó a los asistentes? ¡No sé yo si a todos! Cuando inicia con: leonesa, leonesa, no eras tú la que decías…  En los asistentes sonrisas de reconocimiento, acompañamiento con la cabeza, cuando más.  ¡Somos tan fríos como el clima!

Pero qué pasa con el himno a León, (segunda pieza prometida),  min. O,52 con el brazo derecho en alto, la mano dice claramente arriba ( él ánimo, los corazones ) invita a colaborar y compartir emotividad…

Mientras ejecuta con maestría la pieza, vuelve a pedir gestualmente, interpreto yo, min 0,56, pónganse en pie, ¡es el Himno a León! Participen, compartan… ¡nada!

Min 1,25, Cuando más, algunos acompañan con palmas, siguen sentados, como si de una cancioncilla se tratara. 

Min 1.32, Repite el gesto, más ostensiblemente aún, ¡arriba!, ¡en pie!, es su himno… ¡nada!

Algunas/os, cantan sentados algunas estrofas,  con poca convicción.

Interpretado con la singularidad que da la flauta, no sé si dulce, fue bello, espectacular y sincero el deseo de que se compartiera. Pero ni las autoridades estaban por ello, o tal vez, éstas menos.


Mil gracias NUÑEZ, eres un gran artista y diste pie a los asistentes para volcar un punto de emoción, y participar, pero,  con la inexpresividad, por pudor o desconocimiento de lo propio,  hemos topado... 

11 de noviembre de 2014

PP, pendones y pendonetas

Izar el pendón, un esfuerzo compartido...


Los símbolos cuentan, y mucho, en la vida identitaria de un pueblo. 

Surge este comentario con motivo de la incomprensible reacción del PP leonés ante la propuesta de acoger como BIC a los pendones leoneses. ¡Negativa! Por más que después trataran de  lavar la cara, proponiéndose defender el sí. 

Parto de la idea, creo que bien sustentada, de que nuestros pendones, son algo más que grandes banderas. 

En simbología leonesa,  son una expresión fantástica de lo que fuimos  como pueblo  y como reino, arraigada y con sabor popular;  pero claro en el poder autonómico que nos tiene dominados prefieren  verlos  reducidos al folclorismo.

Y surge una y otra vez, como en este caso, la incomprensible postura de vetar el lógico progresar de los pendones leoneses, nuestra gran enseña, viva en sus esencias locales que ondean al  viento nuestros colores, y en su conjunto, triprovincialmente,  deberían  hacerlo respecto a la gloria y vitalidad de un pueblo histórico que toleramos minimicen cada vez más desde el poder autonómico. 

La Diputación leonesa,   que debería  ser el “buque insignia” del reducto regional leonés  frente a las intemperancias del ente autonómico que nos sujeta; más allá de apoyar logísticamente algún desplazamiento o reunión de pendones leoneses,  poco se podía esperar con la anterior presidenta, totalmente afín al ente autonómico.  “Ayer”,  la detención del que la sustituyó, por el luctuoso suceso de todos bien conocido, el señor Matínez Barazón, cuando todos esperábamos  que su  ejercicio  vendría a ser mera rutina aprendida,  no nos dio tiempo ni a valorar su actuación tolerando que a los Productos de León, se los haya empezado a tragar la marca “Tierra de Pavor” autonómica.

Al parecer Martínez entró en la deslizante parafernalia que suponen los “resbaladeros”, como definía jocosamente el inolvidable Crémer a la estación de esquí de San Isidro, que le ha llevado a prisión, puede que por malas prácticas, o por no haber tomado la herencia política a beneficio de inventario, si es que había un supuesto lastre.  
    
Los actuales dirigentes provinciales del PP leonés,  son herederos,  y ”vocacionalmente” mantenedores sin paliativos, de la onerosa decisión final de: incluir a León provincia en un ente autonómico  centralizado en Valladolid. Sus antecesores,  “conservadores” como movimiento ideológico,  repartidos ab initio en AP y UCD,  nos adscribieron despersonalizados a aquél, con el concurso inestimable del PSOE.  Esta rememoración, no por bien conocida,  está devaluada, sino viva en su expresión más dañina: la de  anular al Pueblo leonés, ¡que persiste!

Con esto último  no podemos menos de dirigir la vista a Martín Villa, que puede que no sea juzgado en Argentina, por una jueza de ese país que ha pedido su detención y extradición,  para tratar de esclarecer   sus actuaciones durante  el franquismo,  pero el bochorno de salir la noticia en todos los medios no puede por menos que escocer a este leonés de nacimiento. Omnipresente en política, con sus “razones” de índole político interesadas, coyunturalmente beneficiosas para otros en el ente que nos aprisiona,  y con el silencio  clamoroso de los “nuestros, ” ahí seguimos  despersonalizados, y él con la dolosa  “vitola” de artífice del ente.

Las “razones” aludidas propiciaron un gran fraude inferido a los leoneses, para ser benignos en la denominación, cual es el “secuestro” de la identidad Leonesa desde el ente autonómico, ése  que habla por nosotros y se lo toleramos. 

Izar los pendones,  es elevar la esencia de un pueblo, he ahí una faceta de lo simbólico,  y mantenerlo enhiesto en busca de las más altas cotas, para que sea apreciado por todos, pasa a ser como el mejor ejercicio recordatorio  tradicional e histórico. 

4 de noviembre de 2014

Rememorando la Coronación de Ordoño II

Un modo de recobrar el pulso de la historia.

Es la que sigue una elemental crónica del acontecimiento vivido por los leoneses el sábado 18 de octubre de 2014. Intentando estar en el "interior" de la celebración.

Recogida así, en en imágenes propias, más las alusiones a ellas dirigidas e incorporadas al vídeo. 



Razones de índole técnica, y no otras, han motivado el aparente retraso de la publicación de mi reacción leonesa ante la conmemoración propiciada por la Imperial Cofradía. Celebración que, por otra parte, parece no haber ocasionado el eco popular que personalmente me hubiera gustado apreciar.

Quiero cerrar esta página dejando constancia, como leonés, de sincero agradecimiento a quienes promovieron, dirigieron y participaron en el recuerdo y celebración de una pasaje histórico leonés que, más allá de la justa rememoración, viene a revitalizarnos como Pueblo.

15 de octubre de 2014

Ordoño II en su Catedral



Principio y n de un gran Rey




A pesar de que la primavera del año 924 se presentaba más bien suave, el frío aún se hacía notar en el interior del templo; pues, no olvidemos que el invierno nos había tratado con crudeza a los moradores de la urbe leonesa.

Como quiera que muy buena parte del clero catedralicio, del cual formaba  parte,  me  tenía en  gran estima,  y sabían  mi  voluntariedad para acometer cuantos problemas se nos presentaban, me encargaron los preparativos para las honras fúnebres de nuestro amado rey D. Ordoño II, en este templo.

El  luctuoso  suceso  enfriaba  aún  más  si  cabe,  el  ambiente  de suyo desapacible de esta gran iglesia, especialmente en estas fechas pos invernales.

Mas,  ya  es  momento  de  presentarme,  para  que,  al  hilo  de  los acontecimientos y personajes que voy a rememorar, puedan identicarme los posibles lectores, y conocer   el porqué de mi humilde presencia en ellos.

Mi nombre es Sisnando, he cumplido treinta años, cuando comienzo este emocionado relato.  De ellos, quince he estado de monje en el Cenobio de San Pedro de Eslonza, si bien, en el momento en que arrancan estos recuerdos, estoy desarrollando labores eclesiales en esta Catedral leonesa con la que estamos unidos en hermandad de sufragios.

Mi familia habitaba en el valle de Eslonza y como tantas otras, vivía bajo la influencia del Cenobio.   En trabajos agrícolas y en tierras del Monasterio se desarrollaba la vida de mi padre, un labriego noble y esforzado donde los haya.

Yo,  el  mayor  de  cuatro  hermanos,  era  alentado,  casi  empujado persistentemente  por  mis  padres,  de  suyo  religiosos,  a  abrazar  la  vida monacal. Debo decir que ésta me ofrecía un cierto atractivo, pues me he considerado siempre, retraído, obediente y con ansia de saberEn el Cenobio podía ver realizados mi futuro y mi formación. 

Recuerdo aquellas coplas que de jovenzuelo oía en las aldeas próximas:
  
               Somos del valle de Eslonza
               y  vasallos del Convento
               donde nos dan el sustento
               y predican la verdad.

que me sirvieron de melodiosa y reiterada cadencia, muchos años.

Cuando nuestro primer rey Leonés, desde el año 910, García I, hizo generosas donaciones al Monasterio el año 912, yo contaba con 18 años de  pujante  juventud,  que  hube  de  emplear  junto  con  algunos  hermanos en  la reedificación  del  convento. Las dádivas reales nos permitieron acometer las obras de reparación de los daños causados por las hordas sarracenas.

El  hermano Adyuvando  era  nuestro  Abad,  y  lo  era  a  conciencia en  sus  rigurosas  órdenes  y  exigencias,  en  cuanto  a  la  escrupulosa  vida monacal, al igual que en las labores manuales múltiples.

Curiosamente recuerdo, cómo las noticias llegaban al Cenobio con prontitud.  Así conocimos y celebramos la victoria de nuestro benefactor rey D. García, sobre los Moros en la Rioja, el año 913; le acompañaba el hermano Frunimio que más tarde sería Obispo de León.

En  los  albores  de  la  primavera  del  año  914,  nos  llegó  la  triste noticia de la muerte del rey, en Zamora, sólo pudimos dedicarle  días de oración en el convento, pues se nos anunció que su cuerpo sería llevado a enterrar a Oviedo.

Desde su trono en Galicia, D. Ordoño II, conocida la muerte de su hermano García I, viene a León en el verano de este mismo año. Con él quedará  consolidado el solio leonés, el nombre de Reino de León, la corte y la capitalidad en León.

Un buen susto nos dio D. Ordoño II, a los leoneses, con aquella enfermedad que inoportuna, a pocos meses de su entrada en la capital, nos hizo temer por su vida.

El hermano Fruminio nos pidió oraciones por su curación; preces que fueron oídas, pues recuperó la salud y el ánimo guerrero,  y,  al frente de sus huestes, ese mismo año vencía a los Moros en Mérida.

La salud recobrada y las victorias alcanzadas, serían las fuerzas que  le  impulsaron  a  donar  las  edificaciones  palaciegas,  a  fin  de  ser transformadas en una gran iglesia, “su catedral”, para la mayor gloria de Dios Nuestro Señor.

Nuestro hermano Vicencio, su Mayordomo, tomó con interés la orden real. Y dado que la disposición de los edificios reales, asentados sobre unas paganas termas, era tan favorables al esfuerzo de adaptación pretendido, que dio fin a la Catedral que la ciudad y la corte de León necesitaban. No regateando medios humanos ni económicos.

En  la  gran iglesia recientemente  terminada,  reinaba  gran  expectación  ante  la  ceremonia de la solemne coronación de D. Ordoño, que había concitado a lo más representativo del reino.

La nobleza allí presente nos era desconocida, hasta aquel momento, a los tres monjes del Cenobio de Eslonza, designados por nuestro Abad Adyuvando, ante la petición del Obispo Frunimio, para integrarnos en el clero catedralicio.

De esta feliz ceremonia de coronación, recuerdo a los tres grandes obispos: Ansurio, de Orense; Genadio, de Astorga y Atilano, de Zamora; tomando parte muy activa en ella, acompañados de otros nueve prelados y  los  clérigos de sus  séquitos.


La  catedral  fue  un digno  marco  a  tal celebración. Si alguien había tenido dudas de la eficacia del Mayordomo real, adaptando los aposentos palaciegos para tan magna obra, gran iglesia o catedral, a partir del momento de la coronación en ella de D. Ordoño II, el 12 de diciembre de 914, se trocaron éstas en admiración, por lo eficaz a la par que imprescindible realización. 

Muy  grabada  me  quedó  para  siempre  la  imagen  de  D.  Ordoño, finalizada la ceremonia tan solemne como festiva y alegre, en este gran templo;  ciñendo  la  corona  que  le  había  sido  impuesta  y  con  aparente sencillez departir afablemente con la corte y clero.

¡La misma corona que estaba ahora en mis trémulas manos!

Al serme entregada por el Mayordomo de Palacio, percibí el  frío  del  metal,  lejos  de  las  sienes  del  soberano  que  la portaron desde aquella feliz coronación, hasta hoy, diez años mas tarde y en “su” misma catedral; a fin de depositarla sobre el féretro del monarca.

¡Qué  gran  diferencia  entre  aquellas  galas  de  júbilo  general  por la coronación del rey leonés y estas pompas fúnebres que a su cadáver le íbamos a dedicar!

La temprana iniciación de los trabajos, prácticamente al alba, nos había permitido terminar a tiempo ante al Altar consagrado a  María  Santísima,  un  gran  catafalco  ornado  con  terciopelos  negros festoneados en hilo de oro, para situar el cuerpo de D. Ordoño durante el solemne Te Deum.

 También se había excavado y preparado un túmulo sepulcral, que acogería denitivamente los restos del monarca en aquel mes de Junio de 924.

No  bien  hubieron  colocado  los  portadores  de  las  mortuorias parihuelas,  el  retro  real  sobre  el  catafalco,  dada  mi  condición  de conductor del rito y protocolo, flanqueado por Nobles del séquito real y en pos de doña Sancha de Navarra, su viuda, me dirigí portando la regia corona,  hacia el arcón real para depositarla sobre él; acto que marcaba el inicio de las exequias fúnebres.

Finalmente diré que aquella catedral que lució esplendorosa el día de la coronación, le acoge ahora como morada terrenal última, y sobre su sepulcro en una lápida se leerá:

              OMNIBUS EXEMPLUN SIT, QUOD VENERABILE TEMPLUM
              RES DEDIT ORDONIUS, QUO JACET... 

       Para que se comprenda su ejemplo; el de haber donado este  venerable templo. Aquí descansará para siempre en el Reino de León.