21 de diciembre de 2013

Relato para la Navidad 2013

Un ramo leonés de navidad para Juanito

Raigañu
Prefirió esperar en la calle ante aquel escaparate que lucía con ardor de Navidad. No importaba el frío, a los cinco años todo es soportable. 

Sus tíos, al entrar en aquella tienda que mostraba tan gran colección de Ramos leoneses, le habían solicitado:”pero no te has de mover de aquí", "y estate atento, Juanito,   te llamaremos a la hora de elegir el ramo".

Más por automatismo que por convicción verdadera, con un amplio movimiento de cabeza les confirmó que cumpliría su petición. 

Un “portal de Belén” colocado en primer plano,  le traía a la memoria  lo que su mamá le había contado sobre los padres del Niño Jesús, que hubieron de recogerse en un modesto pesebre, al no encontrar  casa donde pasar la noche. Mucho le debía entristecer esto a su mamá, o, ¿había alguna otra cosa?, pues en su rostro extrañamente serio sus ojos parecían prontos a llorar cuando le decía: "no sé dónde vamos a cobijarnos con el hermanito que estamos esperando".


 Al mirar con fijeza el pesebre, una extraña sensación le embargaba, y aunque no llegara a relacionarlo, su pensamiento le llevaba  a la situación sufrida durante las últimas semanas en la casa donde siempre había vivido con sus padres. Frases como: “tendremos que abandonar el piso”,  con la que más de una vez oyó lamentarse a su mamá, le causaba inquietud, pues su padre lejos de corregirla, siempre soltaba algún improperio contra los Bancos.

A través del cristal del escaparate, que mostraba el brillo de la ilusión,  vio el ramo que sus tíos le enseñaban. Entró presto.  “Éste, éste, me gusta mucho”, les dijo con alegría.  La decisión fue unánime, y así,  de su mano y con el ramo de doce velas que estaba deseando encender, continuaron el camino con paso decidido. 

Algo favorable debía haber pasado, lo notaba en los alegres gestos de ellos. Los cuatro días pasados en su casa habían sido como un tobogán de emociones, a veces en decadente ánimo según las noticias que iban recibiendo, aunque a él los sucesos llegaran edulcorados. Al tío Juan, antes de partir, le había escuchado pronunciar palabras de agradecimiento para los vecinos de sus padres.  Se habían opuesto a algo llamado desahucio. Intrigado no pudo menos que preguntar: "qué les pasa a mis papás". "Alguien os quería echar del piso, pero ya se arregló", fue la mejor de las aclaraciones dada por su tía, tras un hondo suspiro de alivio.

Al llegar, en el portal de la casa se veía un extraño letrero que decía stop desahucios, lo que unido a las felicitaciones de algunos conocidos y vecinos que habían encontrado en la calle, le llevaba a pensar que, lo sucedido, de lo que le habían aislado, se pudo cerrar con un final feliz.

Pronto lo comprobó, el encuentro con sus padres le emocionó tanto, y fueron tan dulces las caricias, los besos y los abrazos que ya no los iba a olvidar nunca; pues, a pesar de que siempre se los habían prodigado, en esta ocasión estaban saturados de efusividad extrema. 
El rostro de su mamá había recobrado el dulce gesto de siempre. Lloraba, pero ahora era de alegría, lo percibía, mientras escuchaba cómo su padre al tío Juan le contaba la gran victoria de “paralizar el desahucio”... ”Nos hemos arreglado  con el Banco, y podemos pagar un alquiler”, "lo de la plataforma y los vecinos fue decisivo”...

Todo aquello de lo que sus padres le quisieron preservar, difícilmente se le iba a olvidar; pero por el momento la alegría que le envolvía era propia de su corta edad, cuando todo es como un juego, y hasta parece  que resulta fácil ser feliz.

El calor propio del hogar lo percibía como algo normal.  Menos mal, ¡el hermanito que estaba en camino tendría un buen cobijo!   Pero, por lo escuchado, no debía haber  sido cosa sencilla conseguirlo para esta Noche Buena… y otras venideras…



A todos os deseo

¡Feliz Navidad! 
Con la esperanza de que se prolongue  en el  2014 que estrenaremos. Un año con páginas en blanco en las que leoneses debemos aprestarnos a volcar, al lado de lo más personal, la reivindicación permanente de lo leonés...   

* Gracias Raigañu por la foto "prestada" del árbol.


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