19 de marzo de 2011

LA MIKADO SE LLEVA LAS BARRERAS


En mis artículos de opinión publicados en los medios leoneses, siempre he tenido un ojo puesto en el paso a nivel del Crucero.
En junio de 1994, decía en Un paseante observador y crítico, “…desde lo alto de la pasarela…Por un momento imaginó que todo el entramado de vías, catenaria y andenes había desaparecido soterrados.  Esta ensoñación tenía su origen en el Proyecto 2002 de UPL que resolvía perfectamente los problemas de circulación, expansión y equipamientos, abriendo puertas a una ciudad más moderna y moderadamente espaciosa…

El 25 de noviembre de 1995, escribí: Pasadizo o barrera…les amenazaban otra vez, como solución para el paso a nivel, con un pasadizo bajo las vías, ¿para tan pobre solución tanta espera?  Todos recordamos con horror aquel fallido intento del equipo de munícipes y técnicos que en tiempos del señor Morano enterraron dinero sin retorno, también  pretendían pasar bajo las vías por un túnel, dejando, además, algunas casas colgadas y aceras por lo alto…

El 19 de diciembre de 1995, dije, Salir del paso con dos pasos. El actual alcalde, Mario Amilivia, pretende “encarrilar” el problema que atenaza al Crucero y zonas adyacentes, simplemente cual su fuera un punto negro viario, olvidándose los binomios: ciudad-barrio, expansión-integración, con en escueto plan de pasadizos, para que RENFE no mueva ni un carril…y los vecinos del Oeste de la ciudad no alcancen la integración urbana…

En febrero de 1997 decía: Entre el Proyecto 2002 y el Plan Urban. O lo que es lo mismo lo que va del ayer al hoy para la solución socio-urbanística del sector Oeste de la capital. El PP leonés nos vende un Plan que busca, y lo dan por prácticamente resuelto, con dineros europeos Urban, acometer “la reordenación profunda de los barrios del Crucero-Pinilla, Armunia, La Sal y La Vega…

28 de Julio de 1998, El túnel del tiempo. El Ayuntamiento insiste en un túnel para conectar Orodoño II con el Oeste de León, El título venía dado por una noticia, en la cual un vecino de León proponía horadar un túnel desde Santo Domingo hasta San Pedro de los Huerto, un paso suburbano de vehículos, un túnel que nos llevaría a conocer enterramientos históricos…

El 21 de diciembre de 1998, Pasar por el aro, ¡es un túnel!... Erre que erre con el túnel.

El 22 de Febrero de 1999, Por la Calle del Medio…las vías que nos aherrojan son una sinfonía inacabada… están ahora tratando nuestros munícipes de involucrar, en un raro proyecto, a la calle Gómez de Salazar, paralela a Dr.  Fleming… las vías en su sitio perennes, y los vecinos del sector Oeste seguirán siendo “ciudadanos de más allá de las vías”…

El 2 de Julio de 2002, me preguntaba: ¿Integrar el tren o recalificar? Se va a soterrar el tren enterrando las vías, se decía, pero no iban por ahí las cosas, era parcial, llevándolas como por un cauce más bajo que el actual, desde el Estadio, hasta el paso a nivel del Crucero, allí sí se cubriría con una losa de hormigón de de 600 m.l. pero han de ser los vecinos beneficiarios de terrenos liberados los que costeen ésta…

El día 13 de enero de 2006 en Cecilio Vallejo, ex concejal. Arquitecto y urbanista, con el que, apropósito de las vías y el paso a nivel, y sus soluciones, escribí mucho; citando una Tribuna suya, “Un momento histórico para la integración del ferrocarril”, que hablaba de soterrar; le preguntaba ¿Por qué ahora sí? Pasando a ser un escrito de despedida, pues el PP no quiso ni despeinarse para decirle adiós.
            Ahora Zapatero, con el AVE nos va a traer la solución, soterrar unir y expansionar. Desaparecerá el férreo dogal, ya era hora.  

17 de marzo de 2011

EL ÚLTIMO REY DE LEÓN


Alfonso IX, celebra su Magna Curia en el Claustro de San Isidoro 
Era el año 1188. Se estrenaba como Rey. Y nada mejor  que convocar al pueblo para que le acompañara, al lado de la nobleza y del clero.
Sobre esto, escribí un relato en 1992, que la revista de UPL: León, Rompe Cadenas, publicó en dos partes, bajo el título: Palatium Regis.  Más tarde, sin variación sustancial quedó recogido en mi libro: La lenta agonía de la identidad leonesa. En ambas publicaciones decía como presentación: “Parcial biografía encubierta en un relato intencionadamente anecdótico. Escenas y personajes de la Magna Curia, obviamente recreados, que toman vida en un relato salpicado de notas de interés popular”. Puede que me pasara de optimista pero en aquel entonces así me parecía recoger los temas en el relato.  
Un leonés, noble, asiste muy de niño a las Cortes de 1188, vive el momento con la ilusión que dan las novedades a los  tiernos ojos de cualquier infante. Lo recordará siempre, y más cuando por su posición familiar llega a conocer todos los avatares del Rey, con el que se siente ligado, como leonés que valora su esfuerzo hegemónico.
A la muerte de Alfonso IX, cuando Fernando III, llamado el Santo, su hijo,  anunciara que iba a venir a tomar posesión del reino de León e incorporarlo a su corona, él, Diego Froilaz, siendo ya bastante mayor y achacoso, decide encerrarse en la torre de San Isidoro, no le resulta difícil, aunque le falla la salud, y enarbola la bandera leonesa contra el rey, que se les imponía a los leoneses, que ni conoce, ni quiere reconocer.


Sobre un ejemplar de este relato, que con anterioridad al  1.100 aniversario del Reino de León, había facilitado a Julio Suárez, nuestro conocido director de cine, al que rogué  estudiara las posibilidades que brindaba, para, en torno a él,  filmar un vídeo; su hijo Alejandro, confeccionó un guión con muy buenas maneras. Pero al que además añadiría una parte documental con imágenes y entrevistas, resultando algo distinto a un documental histórico, para presentarnos el legado de una época. Y así aceptado, Alejandro ha sido el realizador. Su duración son 50 minutos.
Dentro del II Festival de Cine de León, se presentará el día 24 de marzo de 2011 en los cines Van Gogh. Gracias a la decisión de Ayuntamiento de León de sufragar los gastos, promocionándolo, y de modo muy especial a la Concejalía de Cultura Leonesa, que dirige Javier Chamorro, sin su implicación personal no hubiera salido adelante, justo es reconocerlo. 

15 de marzo de 2011

EL DOGAL FÉRREO


Una rápida mirada a través del vidrio húmedo de la ventana le volvió a la realidad, el “dogal férreo” permanecía en su enclave de siempre. Las gotas de agua descen­diendo lentamente por el cristal, si bien le dificul­taban parcialmente la visión, no le impedían com­probar la permanencia de las vías del tren en su inamovible sitio. Luego, "lo otro", había sido un sueño.

Llevaba muchos años viviendo cara a ellas, en ese barrio de predominio ferroviario, tantos como desde que nació, y ayer, precisamente, había cum­plido y celebrado cincuenta y cinco. De modo que, oír pitar o el resoplido del escape de vapor hace años y la "bocina" de las máquinas eléctricas de ahora, no eran para él ninguna novedad. Incluso, hubo un tiempo, cuando las estaciones climatoló­gicas se marcaban nítidas en la vida leonesa, oír en lontananza el silbido del tren que, determinados vientos transportaban, le servía como aviso de lluvia.

Nunca había sido enemigo del tren, muy al contra­rio, siempre admiró en él, la capacidad de trans­portar seres y cosas por su "camino de hierro". Hoy acude vívido a su memoria aquel relato pater­no, de cómo su abuelo, republicano y leonesista, había participado del alborozo y emoción conteni­da de la ciudadanía leonesa, deseosa de recibir la llegada del ferrocarril, por vez primera, a través de la línea férrea inaugural de Palencia a León, a su estación aún inconclusa allá por el año 1864; y pre­cisamente en un mes de noviembre como el que, él ahora, sueña otra "realidad" ferroviaria bien distinta.

Pero precisamente al "férreo sendero", en un pun­to muy concreto de su transcurso capitalino, con aquellos largos, larguísimos convoyes, casi inter­minables, hacia Asturias o Galicia es quien le ha­ce, como a otros muchos, desesperar ante el paso a nivel del Crucero, con un multicolor brazo de barrera que parece estar siempre, horizontalmen­te, deteniéndolo todo.

La noche y el sueño habían sido engañosos, con es­cenas tan reales que, matutinamente, le atenazaba la duda de su verosimilitud; por ello, hubo de mi­rar con detenimiento por la ventana. Tal vez el al­cohol de la celebración cumpleañera, contribuye­ra a forzar aquel onírico espectáculo del levanta­miento de vías, postes y catenarias. Lo que no re­cordaba muy bien, si le resultó más emocionante ver quitar tanto raíl u observar la cara de satisfacción de los convecinos de la zona, que, alborozados, asistían a operación tan esperada.

Al fin estaban alcanzando un anhelo tan viejo como los raíles, aquel de siempre, de fundirse con el resto de la ciudad, incorporándose a ella, sin barreras, eliminando la frontera que el "camino de hierro" significaba…

Formaba parte de un relato mío publicado en La Crónica de León, el 25 de noviembre de 1995. Un sueño no imposible, decía entonces, si realmente hubiera armoniosa voluntad entre las partes: pueblo y políticos, y especialmente entre éstos.
El 2011 con el AVE sobrevolando, se empieza a cumplir el deseo. Enhorabuena a todos. 

14 de marzo de 2011

JOAQUÍN OTERO PEREIRA


       

           
            El procurador autonómico, hoy por libre y portavoz de sí mismo, en la Comunidad llamada Castilla y León, decía hace 11 años, en 1999: “A corto plazo la segregación de León es una utopía”. 
¿Y cuando le catapultamos en 1996 los leonesistas a ese puesto qué era?  
No luchar por nuestra autonomía, por cansancio o por falta de ideas, puede ser humanamente justificable, aceptar la autonomía impuesta desde postulado leonesistas un dislate imperdonable.
            Al día de hoy, 2011, su mensaje es: “el mapa autonómico no deja de tener un cierto grado de utopía, puesto que ni el PP ni el PSOE tienen intención de abordarla.” Y  a continuación nos habla de crisis y de empleo, contra lo que hay que luchar; sabido es, pero no estamos en esa comunidad impuesta, para luchar contra el paro,  para tal cometido no hace falta ser leonesista.
            El leonesismo pragmático, que dice practicar,  lo asimila a: “yo entiendo que hay que trabajar por esta comunidad”. ¡Menos mal que está acabando la legislatura!
            En mi articulo de opinión publicado en Diario de León, que en el periódico digital del sábado día 12, apareció sin nombre del autor, hablaba, recordaba y le pedía recordar a este señor:
La madre de todas las falsedades está en la Ley Orgánica 4/1983, de 25 de febrero del Estatuto de Castilla-León, (así está escrito para empezar). Y precisamente unas líneas más abajo de las dedicadas por Don Juan Carlos I, Rey de España, a decir que sanciona esta Ley, se afirma con total rotundidad: «-¦el pueblo castellanoleonés ha expresado su voluntad política de organizarse en Comunidad Autónoma-¦»
El pueblo castellanoleonés, no ha existido nunca, ¡nunca! De ello se deriva que un pueblo inexistente no puede expresar ni ésta, ni ninguna otra voluntad. Todo el articulado posterior es ilegítimo…
            El momento histórico que UPL empezó a vivir, para León y los leoneses, entonces (1996) en las Cortes autonómicas: vigilante, reivindicativo e irreductible, desvirtuado con actuaciones sucesivas incomprensibles, nos ha colocado a los pies de los caballos...aquel espíritu, lo digo con dolor, lo has ido perdiendo, y no sólo tú, sino los que te han acompañado posteriomente...

13 de marzo de 2011

Silván la sonrisa del ente autonómico


Al Consejero de Fomento, le gusta el ente, por eso sonríe.
            Y en Madrid, en nuestra Casa de León, dijo, hasta con gracejo inoportuno, que la Junta de Castilla y León está consolidando un “sólido” sistema de innovación autonómico.
            ¿Acaso se refiere este risueño personaje, con lo de la consolidación, a que ya nos tienen sometidos políticamente a los leoneses? De poco vale que nos enseñe la zanahoria del “papel esencial de León en cuanto parques tecnológicos”, la Junta nos aporta migajas de lo que es nuestro por derecho propio, conviene recordar, pues darnos no nos da nada.
            Habló también de la “peculiaridad de León”, y no lo saco de contexto,  simplemente tomo lo de peculiaridad para León, pues a lo sumo es lo que “generosamente nos conceden los autonomistas que nos administran desde Valladolid”, cuando León  es o representa a una región en el ente autonómico, tiene y tendrá su propia identidad cultural.
            En otro momento y lugar ha dicho: “La Fundación Villalar es un organismo que tiene como finalidad integrar las diferentes sensibilidades que en la comunidad autónoma están presentes y yo creo que lo está cumpliendo”. 
Sensibilidad es un eufemismo que lo leoneses no podemos tolerar para nuestra Identidad Leonesa. Y la Fundación Villalar es una rebotica donde tratan de homogeneizar, incluso con deformaciones históricas,  lo leonés y lo castellano. Todo esto queda dicho con rotundidad y sin vacilación alguna. En este terreno su sonrisa puede “sonar” a burla.

7 de marzo de 2011

LO OCULTO BAJO EL ATRIO


           El “clon” del gallo, nuestro vigía medieval en la torre de San Isidoro, va a tener oportunidad de vigilar desde su alta atalaya las obras del atrio. En tanto nosotros tras las vallas o barreras, ¿tendremos que esperar los informes póstumos?, ¿O nos irán diciendo día a día cosas sobre las sorpresas encontradas? A lo mejor se queda todo en expectativa, y pasa a engrosar las decepciones, como el resultado final del trabajo “científico” sobre los huesos reales del Panteón.

Parece, según podemos leer en los medios escritos, que la Junta y el Cabildo están dispuestos a levantar el pavimento del Atrio. Y hacerlo paralelamente en el tiempo, con la limpieza exterior del templo para restaurar y recuperar esplendor.  Es razonable. Rebajar el nivel de éste, aun cuando se rompa la norma de estar a un nivel superior al de la calle, está bien, para evitar barreras arquitectónicas, pero, ¿qué se va a hacer con lo que oculta el Atrio de San Isidoro?
¿Acaso estará el templo pagano dedicado por los romanos al dios Mercurio? ¿O tal vez los restos de un palacio real?
No importa tanto saber hoy lo que se pueden encontrar, como tener un plan protocolizado a tenor de los resultados arquitectónicos hallados. Puede que documentar y volver a cegar con tierra nuestra historia, como en Palat de Rey hicieron, ni sea aconsejable ni permisible. Lancia, en la distancia, también clama por su conservación.  Ni una autopista ni un nuevo enlosado de la entrada del templo, deben ocultar o maltratar nuestra historia.

6 de marzo de 2011

EL DOGAL FÉRREO



            El oeste de la ciudad de León no tardará ya en verse liberado de su secular aislamiento atenazado por las vías del tren.  Aquéllas que significaron progreso en 1863 y pronto pasaron a ser un cepo que nos limitaba a casi todos y que, indomables, arrinconaban  a los  vecinos de la zona Oeste.
            Valeriano Capesino, concejal allá por los años 50, propuso un proyecto visionario, si se quiere, así lo dejé recogido en mi libro: “Legio, érase una vez”,  pero digno de haberse tenido en cuenta. Proponía prolongar Ordoño II hasta la Virgen del Camino. “Una gran Avenida” era el resultado.
            Años después, avanzada la década de los 60, Lamparilla, el irónico periodista leonés, de nombre Carmelo, acogía en su escribir capitalino la misma idea, que ni era descabellada ni había demasiados obstáculos en la época para su trazado. También propuso, más o menos por entonces, cobijar el río Bernesga, por lo que de barrera también pudiera tener, desde el puente de San Marcos hasta los de la Corredera, y sobre la gran losa de hormigón diseñar y construir grandes jardines.
 Cuando leía esto no podía saber si era broma, se quedaba con nosotros, como hoy se dice, o si lo creía de verdad. Sí puedo decir, que, habiéndole recogido ocasionalmente en mi coche,  en el Crucero,  un día de marzo de fuerte lluvia, le llevé a Santo Domingo, casi su destino y el lugar que para dejarle más me convenía; al despedirnos, mirándole a la cara, pues siendo sordo “así me podía oír”,  le interpelé: “don Carmelo, aquello de cubrir el Bernesga iba en serio”.
Si me entendió no lo supe, pues al bajar junto al reloj de Vidal, hoy todavía existente aunque con distinto porte, su voz sonando gangosa, o de dificultosa respiración, mirándome con fijeza a través de los gruesos cristales de sus gafas a punto de caérsele de la nariz, me trasladó un mensaje: “Adiós, que nos veamos otra vez… sin agua,” añadió.  ¿La de la lluvia o la del Bernesga?, aún me pregunto, que más da. Fue una sencilla anécdota.




El 2011, nos trae, con el retraso acumulado de todos los viejos trenes de la RENFE, la inmediata supresión del paso a nivel del Crucero. Y el dogal férreo pasará al subsuelo, y bien cobijado se verá alegrado por la circulación del rápido AVE de la esperanza.

2 de marzo de 2011

UNA DAÑINA FUNDACIÓN

 
          
              
                 O la balada triste de una historiadora:
                 Margarita Torres

           El ente, engendro más bien, llamado en origen, y con toda alevosía, Castillaleón, nunca, repito, ¡nunca!, ha actuado con limpieza. Nos ha vilipendiado a los leoneses en todo cuanto ha podido. Duele decirlo y puede hasta costar creerlo, pero para ello crearon la Fundación Villalar. A la que en su día llamé en un escrito: “un cadalso” para los leoneses erigido en Villalar; ellos sabrán el porqué de ese lugar, si acaso por extrañas connotaciones; a nosotros si nos consta el para qué, el dañino para qué.
Gracias Margarita por la sinceridad de tu  artículo: La Fundación Villalar,  recordando tu paso por el “cadalso”, y la aclaración  final. Qué se puede esperar de quien se enmascara, o de quienes enmascaran la historia a su conveniencia. Pues eso, ¡nada!, y mucho menos si no les hinchas las velas con el soplido, para navegar en la dirección  que ellos desean.
Nada bueno se puede esperar de aquellos que  no anhelan otra cosa que fundir y confundir dos pueblos, para el regocijo político de unos autonomistas jugando a semidioses, creando, para esto  que llaman comunidad, uno que  osaron  llamar en origen castellanoleonés. En la que, además, a los leoneses nos quieres tener, pero despersonalizados.
Y perdona que discrepe respecto a lo del Cómic. Sí tiene culpa, por omisión, o por intromisión, el autor; como todos aquellos que se pliegan a sus insanos deseos. No es distraída la actuación de la Fundación, es estudiada con perversa intencionalidad hacia León. Puede que me pase un poco al señalar esto, o que tal vez me quede corto, pero así lo percibo.
Nos manejaron en 1988, cuando nos desorganizaron el programa de actos para celebrar lo de las Cortes de León de 1188. Y nos han vuelto a llevar por el camino que a ellos les interesa, para orquestarnos con música castellana la celebración del 1.100 aniversario del Reino de León, en 2010.
En cuanto a culpables, y lo de la tolerancia popular leonesa, para estas significadas tropelías del ente en orden a los sentimientos, lo dejaremos para otra ocasión.